El flúor, un elemento en el compuesto del fluoruro, ha resultado efectivo para minimizar las caries en la infancia y el deterioro dental. El flúor es un ingrediente clave en numerosas marcas populares de pasta dental, gel oral y enjuague bucal, y también puede encontrarse en la mayoría de los suministros de agua de la comunidad. Aunque el flúor es una parte importante de cualquier rutina de buen cuidado oral, el exceso de consumo puede resultar en una afección conocida como fluorosis. El odontólogo pediátrico puede controlar los niveles de flúor, y comprobar que los niños reciban la cantidad correcta.
¿Cómo puede el flúor prevenir el deterioro dental?
El flúor cumple dos funciones dentales importantes. En primer lugar, ayuda a combatir la pérdida de minerales del esmalte de los dientes, y en segundo lugar promueve la remineralización del esmalte dental.
Cuando se consumen carbohidratos (azúcares), las bacterias orales se alimentan con ellos y producen ácidos dañinos. Estos ácidos atacan el esmalte dental, especialmente en los niños que toman medicaciones o producen menos saliva. Los ataques repetidos de los ácidos resultan en caries, deterioro dental y enfermedad periodontal en la infancia. El flúor protege el esmalte dental del ataque de los ácidos y reduce el riesgo de deterioro dental en la infancia.
El flúor es especialmente efectivo cuando se usa como parte de un régimen de buena higiene oral. Reducir el consumo de alimentos azucarados, cepillarse los dientes y usar hilo dental regularmente y visitar al odontólogo pediátrico dos veces al año complementa el trabajo del flúor y mantiene saludables los dientes de los niños.
¿Cuánto flúor es suficiente?
Como el suministro de agua de la comunidad y la pasta dental en general contienen flúor, es esencial que los niños no reciban demasiado. Por este motivo, los niños menores de dos años deben usar una marca de dentífrico sin flúor aprobada por la ADA. Los niños entre dos y cinco años solo deben usar una cantidad mínima de pasta dental con flúor aprobada por la ADA en un cepillo de dientes limpio dos veces al día. Se los debe alentar a escupir el fluido adicional después del cepillado. Esta parte puede llevar tiempo, aliento y práctica.
La cantidad de flúor que ingieren los niños entre la edad de uno y cuatro años determina si posteriormente aparecerá fluorosis. El síntoma más común de la fluorosis son manchas blancas en los dientes permanentes. Los niños mayores de ocho años no se consideran en riesgo de fluorosis, pero aún deben usar una marca de pasta de dientes aprobada por la ADA.
¿Mi hijo necesita suplementos de flúor?
El odontólogo pediátrico es la persona más indicada para decidir si un niño necesita suplementos de flúor. En primer lugar, el odontólogo formulará preguntas para determinar cuánto flúor recibe actualmente el niño, para conocer los antecedentes generales de salud y evaluar el contenido de azúcar en la dieta del niño. Si un niño no recibe suficiente flúor y se determina que se encuentra en alto riesgo de deterioro dental, puede recomendarse un suplemento de flúor en el hogar.
El flúor tópico también puede aplicarse sobre el esmalte dental rápidamente y sin dolor durante una visita regular al consultorio. Existen numerosas formas convenientes de flúor tópico, incluida la espuma, líquidos, barnices y geles. Según la edad del niño y su predisposición para cooperar, el flúor tópico puede mantenerse sobre los dientes por unos minutos en bandejas especializadas o pintarse con un cepillo.
Si tiene alguna pregunta o inquietud acerca del flúor o la fluorosis, consulte a su odontólogo pediátrico.